Cinco partidos seguidos sin ganar y una imagen pésima mostrada en todos ellos, es el balance del Milán de Ronaldinho en esta pretemporada. La última, la derrota en los penaltis ante Boca Juniors, y la penúltima, el doloroso revés ante el Bayern de Múnich, con un joven y genial Thomas Muller por los alemanes.
Jóvenes talentos como Muller, a excepción, podemos decir de Pato, es lo que le falta al Milán de Leonardo. Jugadores como Seedorf (que aguanta aun muy dignamente), Nesta, Zambrotta, o el mismísimo Ronaldinho, están ya de vuelta en sus carreras, sin mostrar el nivel exigido para luchar por los títulos, y siguen siendo claves en el once del equipo.
Se ha ido Kaká, y no ha venido nadie. Lo peor es que ni siquiera Gourcuff se mantuvo en el club milanista, marchándose al campeón francés, el Girondins, y toda la responsabilidad ha ido a parar a un hombre que ya, la pasada temporada, fue un verdadero fiasco.
Ronaldinho, a pesar de los destellos que pueda mostrar ocasionalmente, no es un jugador adecuado actualmente para llevar la gran responsabilidad de un equipo campeón. Primero debe convencerse a sí mismo de que le interesa el futbol, y que aún desea ganar títulos. Incluso siendo egoísta, queriendo ser el mejor individualmente, sería un beneficio mayor para el Milán. El problema es que no llega ni a eso.
Con una media de edad elevadísima, que pasa sobradamente de los treinta, la plantilla se muestra envejecida, y además, sin novedades importantes. Incluso Onyewu, su fichaje más importante hasta el momento, se ha mostrado como un central lento y con pocos recursos durante sus pocos partidos con la camiseta milanista.
Fichajes, futbolistas importantes, jóvenes promesas, pero sobre todo, invertir en calidad es lo que necesita el club si no quiere quedarse en un segundo plano. Está claro que en este momento el Milán no tiene argumentos en Italia, ni mucho menos en Europa para luchar por los títulos. Queda tiempo para arreglar las cosas, pero la sensación que hay, y eso es lo peor, es que parece que no se está haciendo nada por remediarlo.
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