A 26 de Junio, se hace oficial, la salida de Javier Saviola del Real Madrid, fichando por el Benfica portugués. Dos años prácticamente sin poder demostrar nada, de un jugador que cuando ha jugado, pocas veces ha decepcionado.
Uno de los motivos más importantes a la hora de decidir destino para el “conejo”, es casi con total seguridad, la presencia de su excompañero en River, y sobre todo amigo, Pablo Aimar.
Aficionados, simpatizantes, o simplemente seguidores de la liga argentina, recordarán con cariño el periodo en el que Saviola y Aimar jugaban para los millonarios, en una de las mejores épocas de River Plate, donde consiguieron conjuntamente el Torneo Apertura del 99, y el Clausura del 2000.
Los destinos de los dos futbolistas se separaron, cuando a principios del 2001, Aimar fichaba por el Valencia, y seis meses más tarde, Saviola lo hacía por el Barcelona.
Comienzos casi paralelos, convirtiéndose en ídolos de sus respectivos equipos, dando un rendimiento excelente, además de ganarse la simpatía de la mayoría de la afición, por su juego vistoso y dinámico, además de su buen carácter.
Poco a poco la luz de los jugadores se fue apagando, disminuyendo la importancia en sus clubes, hasta perder el sitio, y definitivamente, abandonando sus equipos por la puerta de atrás. Mientras Aimar, se marchaba al Zaragoza, teniendo un discreto paso por el club maño, Saviola, tras emigrar en dos ocasiones a Mónaco y Sevilla mediante cesión, recalaba en el Real Madrid, en una operación más interesada en hacer daño al Barcelona, que en los propios intereses y necesidades del equipo. Lógicamente, no dispuso de minutos para aportar nada.
El “conejo” y el “payaso”, con 27 y 29 años respectivamente, tienen ante sí, probablemente, su última oportunidad de triunfar en Europa. El caché de ambos ha bajado considerablemente, y otro nuevo fracaso, les conduciría ya, de vuelta a Argentina.
