Nada más entrar en internet y ver la noticia me he quedado sobresaltado. Trágica tarde para el mundo del futbol, para la afición españolista que tenía muchísimos motivos para estar alegres, y que ahora, todo se derrumba con este triste suceso.
En plena pretemporada, en el hotel de concentración, fallecía Dani Jarque, según se dice, de un ataque al corazón. Su compañero Ferrán Corominas, al ver que no bajaba a reunirse con el resto del equipo, lo encontró inconsciente en la habitación. Se le llevó al hospital pero no pudo hacerse nada por salvar su vida.
Un caso que nos trae de vuelta a la memoria a Antonio Puerta, que nos mantuvo en vilo mientras luchaba infructuosamente por vivir. Con Jarque las noticias han sido de golpe, muy duras, que te dejan sin la capacidad de articular palabra.
Un gran central, que estrenaba capitanía, protagonista y titular absoluto en su club, que tuvo la gran alegría de poder estrenar el nuevo campo en Cornellá, en el que sería su primer y último partido en el estadio.
Un estadio que tengo la suerte de tener a menos de trescientos metros de mi casa, y que es realmente duro comprobar, como a las 6 de la mañana, aficionados españolistas, con la camiseta de su equipo, pasean alrededor como alma en pena, algo así como un homenaje a Jarque, sin hablar, pero que dejan ver una gran tristeza.
Lo más duro, es para la familia del jugador, que ven como se les va una persona tan joven sin tener tiempo de asimilarlo, algo que es difícil de soportar para cualquiera, una desgracia imprevisible que en este caso ha sacudido al mundo futbolístico y sobre todo, a sus amigos, conocidos y familiares.
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