No ha tardado demasiado tiempo el Lyon, a diferencia por ejemplo, del Manchester United, en invertir el dinero ingresado por una de sus estrellas. En el caso de los franceses, los 35 millones de Euros ingresados por Benzemá, han sido ya gastados en dos incorporaciones.
La primera, hace ya unos días, fue la de Lisandro López, delantero procedente del Oporto, y que viene a sustituir en la delantera al nuevo jugador del Real Madrid. Un fichaje por el que ya me expresé bastante en desacuerdo, no por su calidad, sino porque me parece un precio excesivo (24 millones) para un jugador que probablemente no se podrá sacar un beneficio jugoso en un futuro. Lisandro es presente, y es lo que ha buscado el Lyon para apuntalar bien su ataque. Una decisión acertada deportivamente, pero creo que errónea, económicamente.
La segunda, con un coste de 18 millones de Euros, es la incorporación de Michel Bastos, que procede del Lille, y que ha realizado una temporada espectacular en la Ligue 1. Ya hablé de él hace un tiempo. Espectacular despliegue físico, técnica y desborde, pero sobre todo, destaca por su potentísimo y colocado disparo a puerta, tanto a balón parado, como en carrera. No es Juninho Pernambucano, pero el Lyon se asegura calidad desde la larga distancia con el fichaje de Bastos.
Me gusta el equipo que está haciendo el Lyon para la próxima temporada. Casi todo son aciertos a nivel deportivo, además de contar una mezcla muy buena de calidad y proyección en su plantilla, como el mencionado Lisandro López, Éderson, Toulalan, Makoun, Cris o Lloris, y los emergentes Pjanic, Abenzoar, Grenier o Yannis Taffer, del que ya hablé como un posible “sucesor” de Benzemá.
Duros rivales tendrán los lioneses, como el actual campeón, el Girondins de Gourcuff, o el remozado Olympique de Marsella, que cuenta con otro ilustre fichaje, Lucho González. Va ser una liga gala con más nivel que nunca, porque cuando antes estábamos acostumbrados a ver a los clubes vender caro y comprar barato, la tónica ha cambiado, y parece que se está apostando por la calidad, aunque sea a fuerza de rascarse el bolsillo como pocas veces antes se había hecho.
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