Tres años después de que Ramón Calderón prometiese que llegaría Kaká al club blanco si ganaba las elecciones, se produce el fichaje. Uno de los culebrones futbolísticos más largos de la historia. Y para finiquitarlo, quién sino, Florentino Pérez, el experto en traer galácticos a la galaxia madridista.
6 Temporadas como jugador milanista, empañadas siempre con rumores sobre su marcha, pero que Kaká respondió con buen juego y goles, ganándose el cariño de la afición rossonera. Estuvo a punto de fichar por el Manchester City el pasado invierno, pero finalmente se cumplió su voluntad de recalar en el Real Madrid.
Kaká dará un nuevo aire al conjunto merengue, será el jugador referencia sobre el terreno de juego, el hombre preferente al que darle la pelota. Algo así como Riquelme cuando llegó al Villarreal, donde fue la base de un equipo limitado, que fue creciendo paulatinamente hasta ni siquiera necesitar de los servicios del argentino. De Kaká se espera ir de la mano, para destronar al Barcelona en España, y recuperar el prestigio en Europa. Los fichajes que vengan en adelante darán más poderío al Real Madrid, pero el mediapunta carioca será definitivamente, el guía.
A falta de calidad, a falta de canteranos, Florentino ha sabido como ilusionar a su gente trayéndose a uno de los mejores jugadores del mundo. Bien para la afición del Real Madrid, para los aficionados al buen futbol y para el prestigio de la liga española.
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