CELTA: ACIERTOS Y ERRORES LÓGICOS

Verano del 2008, en los despachos de Balaídos se cierran los últimos retoques en la plantilla celeste, para afrontar una nueva temporada, con el único objetivo de lograr el regreso a la primera división.

Altas ilusionantes, como Maris Verpakovskis, Notario, David Rodríguez o Roberto Trashorras, producen una reacción unánime en la afición: ilusión y óptima confianza, en lo que se considera uno de los mejores ataques de la división de plata.

Casi un año después, criticas desproporcionadas a la secretaría técnica del club gallego, desacuerdo en los fichajes realizados, e indignación con la casi totalidad de la plantilla celtista.

Dos casos me llaman especialmente la atención, y son los de Verpakovskis y Ghilas. El primero llegaba con la fama que se ganó en 2004, goleador con su selección, además de haber jugado en equipos como el Dinamo de Kiev o el Getafe. El segundo, un semidesconocido delantero, que venía de marcar 10 tantos en la segunda división portuguesa.

Después de sufrir durante la gran mayoría de la temporada, con el miedo del descenso, finalmente el Celta consigue salvarse. Maris disfruta de menos de 200 minutos en la temporada, sin anotar un gol, mitad culpa de su baja forma, mitad por sus continuas idas y venidas con su selección, donde tampoco daría la talla. Por su parte Ghilas, sin ser delantero centro nato, aporta la cantidad de 13 goles, importantísimos a la larga para mantener al Celta en segunda.

No faltó la polémica, ya que a mediados de temporada, se le criticó a Ghilas por haber salido de noche a tomar unas copas. Todo ello sin afectar a su rendimiento, siempre destacando su entrega y despliegue físico. Pese a todo, siempre hay que sacar los trapos sucios cuando la cosa va mal.

Situación actual: Verpakovskis, lógicamente, no seguirá. Estaba en el club cedido y ni por asomo se pagarán los 3 millones que cuesta su contrato. Ghilas, con ofertas de clubes más importantes, probablemente se marchará, dejará algo de dinero en las arcas del club, y estará tranquilo de haber aportado su futbol a un club que se mantiene en la categoría, y que cuando llegó, casi nadie le conocía.